23 may 2011

Nacho Vegas y su Zona Sucia



Ya sabemos que Nacho Vegas no es un gran partidario de la industria discográfica, frases como “La debacle de la industria discográfica es una buena noticia”, “Estaría bien que la industria se hundiera” han salido de su boca. Es por ello que Nacho, esta vez, se decanta por crear un sello propio (Marxophone) tomando las riendas de su propia obra y dejando las relaciones con Limbo en el ídem. Y es bajo este sello que publica La Zona Sucia, su nuevo disco con licencia copyleft. Bueno, nuevo del todo no. Salió el 14 de febrero de este año, pero ha pasado suficiente tiempo y multitud de escuchas para poder realizar esta humilde crítica con distancia y buen gusto.

Se podría pensar que estos nuevos movimientos de sellos y licencias en el proceso de creación del disco influyen de una forma u otra en el conjunto final, pero bajo mi punto de vista Nacho Vegas sigue en la línea de El Manifiesto Desastre. No ofrece nada nuevo, pero tampoco vuelve a las raíces. Como he leído por ahí, y estoy totalmente de acuerdo, es la continuación natural de aquel disco (si Christina y su Verano Fatal me lo permiten). Mi opinión, una por una, de cada canción es la siguiente:

1. Cuando te canses de mí

En un principio es una canción de agradable melodía pero no destaca en demasía. Con las siguientes escuchas va cogiendo peso y se convierte en una canción más que notable. En cuanto a la letra, es una letra desesperanzadora, totalmente derrotista y amarga. Una de las tantas de desamor de Vegas en las que mezcla melodía encantadora con letra dura.


2. La gran broma final

Increíble. Obra maestra instantánea. Una de las grandes de toda la discografía de Nacho. Melodía In crescendo que acaba estallando con la gran revelación del título. Se dice que es referencia pura a su relación con Christina, sólo hay que leer entre líneas. “Ha cundido el pánico en Madrid, salen fotos en la prensa rosa” seguramente haga referencia a las fotos de Rosenvinge con Viggo Mortensen. Por otro lado, “En la alfombra roja habla el escritor, él sabe cómo se hacen bien las cosas” quizás es una alusión al exmarido de Christina, el escritor Ray Loriga, y su buen hacer al romper la relación con ella. La voz quebradiza de Nacho no hace sino aumentar el dramatismo y la épica del track.


3. Incendios

Una de las menores. Lenta y triste. Vuelve a reincidir en la ausencia. La melodía parece tener el don de abstraer al oyente de la letra, lo que comúnmente se llama empanamiento súbito.


4. Reloj sin manecillas

La otra menor. Parece que Nacho bate el record de canción más corta, 2:20 minutos. Sabe a poco. El estribillo se antoja sencillo y pegadizo, pero no lo suficiente para que perdure en la memoria. En directo, todo hay que decirlo, gana mucho.


5. Taberneros

A pesar de repetir el estribillo hasta la saciedad, es una de las mejores canciones de La Zona Sucia. Voz quebrada, melodía pausada e historia que incita a la bebida post-ruptura constituyen este track que toca su punto álgido cuando evoca el Mondúber, lugar dónde se desató la pasión en el Manifiesto Desastre. Como anécdota, Taberneros es un bar de Madrid (tal y cómo se puede ver en el videoclip de La Gran Broma Final), viejo conocido del compositor suponemos.


6. Perplejidad

Grande sin más. Nacho vuelve a utilizar coros de niños como hay hiciera en El hombre que casi conoció a Michi Panero y le sale de fábula la mezcla. La canción tiene toda la esencia Nacho Vegas y se concentra en un minutaje inusual en el músico. Engancha desde el primer segundo. Y dime, ¿dónde estabas tu?


7. La comedia humana

Nacho se vuelve a poner trascendental. Se le da más importancia a la base instrumental que a la voz, algo que, tratándose de esta melodía, no resulta muy satisfactorio. Resulta cargante con esos tintineos repetitivos.


8. Lo que comen las brujas

Muy grata sorpresa. Historia que remite a la infancia y a los miedos que nos invaden cuando somos niños. La canción gana sin coro, aunque con él tampoco es que sea catastrófica ni mucho menos. A todos aquellos que digan algo del Arrebato es para empalarlos vivos. Comienza el clímax final del disco.


9. Cosas que no hay que contar

Otro coloso. Lenta pero efectiva, delicada en su aspereza. El piano, no hace otra cosa que incrementar la sensación de dramatismo. Para canciones cómo está es para las que es perfecta la voz de NV.


10. El mercado de Sonora

Algo diferente y brutal. Base musical sórdida y turbulenta que la hace desentonar en el conjunto del disco. Nacho vuelve a sus historias de corrupción, misterio y muerte, esta vez acompañado completamente por la música como si uno pudiera sentirse en el mismísimo Mercado de los brujos.


En definitiva, Nacho lo ha vuelto hacer. Aunque se trate de un trabajo continuista respecto a su postrera época musical ofrece grandes perlas que perdurarán en la memoria de sus seguidores. Por otra parte, Nacho parece cogerle el gusto a los tracks cortos y ya no se anda por las ramas, resultando algo que muchos juzgan como comercial. Sólo hay que escuchar las letras para darse cuenta de que Nacho sigue ahí y no ha perdido ni una pizca de su ironía y pesimismo, sólo está en constante modo de pruebas.

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