31 ene 2012

The wicker tree, muerte por kikí!

Robin Hardy fue el señor que dirigió esa marcianada inclasificable que fue 'Wicker Man', película que con el paso de los años ha obtenido el estatus de culto y visionado obligado para todo buen cinéfilo. Ahora 37 años después y supongo que animado (o cabreado) por el infumable remake americano adapta a la gran pantalla un libro que escribió como pseudo-secuela o spin-off de su magnum opus. En Wicker Tree los protagonistas son una pareja de tejanos ultra-cristianos que deciden ir a evangelizar (en vernáculo: tocar los huevos) Escocia. Allí acabarán en un pueblo llamado Tressock, trasunto de la original Summer-Isle dónde los afables habitantes les invitarán a participar en sus primaverales y pintorescas festividades. 
Al admirador de la cinta original todo le sonará a ya visto y más importante a 'hecho antes mejor', de tal modo que si me hubieran dicho maliciosamente que este era el remake americano probablemente me lo hubiera creído. 
Esta cinta se adhiere a los tópicos modernos del cine de terror, los protagonistas son risibles de lo inocente que es su caracterización, desde su primera aparición en pantalla empiezas a desearles un horrible destino, también multitud de escenas dan risilla tonta aunque seguramente el director no lo pretendiera. La cinta utiliza algunos efectos tremendamente cutres para representar alucinaciones, tiene un inútil efecto cámara-ojo-de-cuervo y posiblemente el efecto de fuego digital más cutre del cine moderno. Otro equivoco importante de la cinta es que las canciones que formaban parte esencial de la original aquí han sido reducidas meramente a una función decorativa.   


Le damos un 3/10

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