Si algo no se le puede negar al dramón iraní Nader y Simin es que es jodidamente intenso, nunca antes la historia de un divorcio se me había narrado tan poderosamente, un director interesante y unos actorazos consiguen elevar la trama que casi se podría calificar de culebronesca si no pareciera tan aterradoramente realista. Un visionado altamente recomendable para cinéfilos que quieran saber lo que se cuece en otros rincones del globo.Le damos un 8/10.
No hay comentarios:
Publicar un comentario