28 ene 2012

Moneyball, no todos van a ser cracks

La moraleja detrás de Moneyball es la de que el dinero no siempre es lo más importante. Esto se nos cuenta mediante la historia real de Bill Bean (Brad Pitt), un ex-jugador de baseball al que siempre se le dio bastante mal ser un jugador destacable, reconvertido a sus 40 tacos en el manager del peor equipo de la liga americana ve una oportunidad de cambiar el sistema por el cual se configuran  los equipos gracias a un joven estadista (Jonah Hill). 
En el fondo Moneyball no deja de ser la enésima peli deportiva inspiracional, lo destacable es que llega a serlo de una manera realmente carente de tópicos (El discurso más inspirador que pronuncia Pitt en este film tiene solo 2 frases y realmente tiene poco de inspirador), suponemos que debemos darle las gracias a la pluma de Aaron Sorkin que andaba por ahí haciendo lo suyo, entre tecnicismos y alguna que otra frase graciosa para animar el cotarro. 
El director es una cara nueva para el menda, Bennet Miller, que tiene aquí un estilo bastante aséptico (casi diría que árido en su prácticamente nulo uso de la música) que únicamente se desmelena un poco en los últimos minutos del film. Se usa mucho la inserción de partidos auténticos y retransmisiones radiadas para proporcionarnos información. Brad Pitt y Jonah Hill andan correctos por todo el metraje siendo la interpretación de Pitt muy contenida, con un personaje que posee una divertida tendencia a tirar el mobiliario por el suelo en sus arrebatos de rabia.

Le damos un 6/10

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