Martin continúa con su sobrevalorada historia en el segundo libro de Canción de hielo y fuego, con más frentes abiertos que nunca. En esta nueva entrega se nos introduce a un nuevo protagonista llamado Davos, el Capitán Cebolla. Inquietante. Este personaje sirve para observar la guerra que se cierne sobre los Siete Reinos desde el punto de vista del bando de Stannis. Nada más, el personaje es bastante sosillo, ya que su característica más definida es la honradez. Veremos si en siguientes entregas aporta más, aparte de ser una herramienta para añadir otro punto de vista de otro bando.
En general, el libro aumenta en acción y se hace mucho más entretenido que su predecesor pero tiene la carga de la fantasía. Al no estar acostumbrados, ya que en la primera entrega sólo había contadas referencias fantásticas, aquí nos vemos sobrecargados por lo paranormal. Dónde en el primer libro se definían con buen pulso las relaciones aristocráticas y traiciones políticas de los Siete Reinos aquí se pasa más o menos por alto (sobre todo de la mitad del libro en adelante) y aparecen paranoias por doquier. Daenerys fuma porros en una casa llena de puertas, Tyrion compra fuego verde que lo revienta todo, hay brujos que suben escaleras de fuego y tías que paren sombras asesinas sin cordón umbilical ni nada. Se llega a decir en cierto momento que si vuelven a existir los dragones la magia en el mundo también vuelve. Una justificación muy buena sin duda.
Otro de los puntos que más me han sorprendido es la brutalidad de los personajes. Parece que el tal Martin es un puto sádico y mete sangre a mansalva sin ninguna justificación. En el primer libro, recuerdo sobretodo a los salvajes y a los dothrakis hacer burradas varias pero es que en este libro todos son unos salvajes de mierda. Hay desmembramientos y violaciones en cada rincón y con menos sentido que nunca. Al final llega un momento que el lector no siente empatía alguna hacia ningún personaje casi.
Pero no todo es malo, un acierto del libro es la omnipresencia de Thyrion, el enano, aunque vuelven a ralentizar la historia los personajes de Jon y Daenerys. Uno está pendiente de los Siete Reinos y te vienen con estos dos que están en el quinto pino. Por otro lado, Sansa sigue dando asco pero no tanto como en la anterior novela, ya que es humillada una y cien veces y eso mola. En definitiva, la saga empieza a flojear en algunos aspectos pero gana en otros por eso le meto la misma nota que el anterior, un 6/10. No sé si continuaré leyendo la saga, pero si lo hago ya pondré alguna reseña por aquí. Por cierto, la serie es cojonuda. Elimina mucho de los defectos del libro y añade diálogos inexistentes en el libro que enriquecen la historia, todo concentrado en diez capítulos excelentes. Como serie es mejor que como libro; para no decir mucho tampoco hay que escribir veinte tomos.
En general, el libro aumenta en acción y se hace mucho más entretenido que su predecesor pero tiene la carga de la fantasía. Al no estar acostumbrados, ya que en la primera entrega sólo había contadas referencias fantásticas, aquí nos vemos sobrecargados por lo paranormal. Dónde en el primer libro se definían con buen pulso las relaciones aristocráticas y traiciones políticas de los Siete Reinos aquí se pasa más o menos por alto (sobre todo de la mitad del libro en adelante) y aparecen paranoias por doquier. Daenerys fuma porros en una casa llena de puertas, Tyrion compra fuego verde que lo revienta todo, hay brujos que suben escaleras de fuego y tías que paren sombras asesinas sin cordón umbilical ni nada. Se llega a decir en cierto momento que si vuelven a existir los dragones la magia en el mundo también vuelve. Una justificación muy buena sin duda.
Otro de los puntos que más me han sorprendido es la brutalidad de los personajes. Parece que el tal Martin es un puto sádico y mete sangre a mansalva sin ninguna justificación. En el primer libro, recuerdo sobretodo a los salvajes y a los dothrakis hacer burradas varias pero es que en este libro todos son unos salvajes de mierda. Hay desmembramientos y violaciones en cada rincón y con menos sentido que nunca. Al final llega un momento que el lector no siente empatía alguna hacia ningún personaje casi.
Pero no todo es malo, un acierto del libro es la omnipresencia de Thyrion, el enano, aunque vuelven a ralentizar la historia los personajes de Jon y Daenerys. Uno está pendiente de los Siete Reinos y te vienen con estos dos que están en el quinto pino. Por otro lado, Sansa sigue dando asco pero no tanto como en la anterior novela, ya que es humillada una y cien veces y eso mola. En definitiva, la saga empieza a flojear en algunos aspectos pero gana en otros por eso le meto la misma nota que el anterior, un 6/10. No sé si continuaré leyendo la saga, pero si lo hago ya pondré alguna reseña por aquí. Por cierto, la serie es cojonuda. Elimina mucho de los defectos del libro y añade diálogos inexistentes en el libro que enriquecen la historia, todo concentrado en diez capítulos excelentes. Como serie es mejor que como libro; para no decir mucho tampoco hay que escribir veinte tomos.
Le doy mis dies!
ResponderEliminarreBienta???
ResponderEliminarGracias jacksbrain a veces se cuelan errores garrafales. Revisando he encontrado unos cuantos más, voy a corregirlos! Mis disculpas.
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